Hace algún tiempo soñé con ese beso tuyo. El que me diste en ese momento solo.
En el barco camino a la luna, con el mar atardeciendo y el cielo ardiente. Ambos, solos, bailando en la cubierta mientras suena el mar.
Las imágenes de un sueño hecho realidad.
Las olas mecen al barco y nos acarician suavemente, la brisa nos abraza como si el calor no fuera suficiente y las crestas se estrellan en alguna parte sonando como una cuerda constante que nos conmueve el momento.
Vente aquí.
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Ahora os entiendo pequeños poetas,
ahora veo el por qué de vuestra constante declinación
hacia algo que no tiene más que un nombre,
fuera del propio yo.
Voy renaciendo, creo que me absorbe algo nuevo, como si la vida fuera solo un juego otra vez.
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