lunes, 31 de diciembre de 2012

Azul y primer capítulo

Aún seguía decayendo la ilusión. Había pasado un tiempo. Un tiempo largo y corto, como siempre, que no acompañaba de la mano a la vida. Había pasado, sí. Y aún seguían buscándose con fervor y sin pasión.

Era una búsqueda austera y formal. Pero profunda en sus interiores.Sabían que había algún nexo de unión entre ellos, como una magia ancestral propia de lo místico e irreal. Sabiendo que su instinto estaría en lo cierto, se quisieron buscar. Quizás por romper con la falta. La falta de magia, la falta de amor, la falta de sentimiento, la falta de emoción, la falta de música.

Cuando la rutina se convierte en tradición.


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El orden, y en la vida, el poder. La lluvia cayendo entre la niebla, cantando como en su propio teatro. Oraciones nuevas llenas de promesas. Diferencias. La vida en su madurez es la pérdida de sentimiento. La razón se discute contra el sentir para el mundo. Crece, pierde la inocencia, pierde la magia, pierde la vida. Cuando la rutina rompe con tu vida, y se come a la ilusión. Y te levantas, sabiendo que vas a hacer algo nuevo. Con ganas. Y sin ilusión. ¿Madurez?

 Cuando la música rellena, pero no llena, porque ya estás completo. Lleno de basura y completa intención. Todo desde la superficie de un ser que se apaña pro sobrevivir al mundo nuevo. Al hábitat de la sociedad. La urbe. La nueva naturaleza en la que se gana si se pierde. Sobrevive el que menos vive consigo.

Futuro. Cuando llega y no lo sabes coger. Porque siempre soñaste que llegaría. No soñaste cómo. A eso no te enseñan. No te enseñan a vivir. No educan. Al final, te libras, por llorar sin sentirlo.

Entonces, es cuando te das cuenta que estás solo y con ganas de enfrentarte al mundo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pronto y con sonidos tuyos

De repente sientes cada nota. Aspiras cada segundo de la música como si fuera único. Oyes el piano a lo lejos, dentro de ti, llenándote el corazón, dejando que corran las lágrimas de paisajes desdibujados.
Corren los compases de la vida en el momento en que la partitura avanza como si fuera parte de ti, como si fueras parte del mundo, como si fueras uno con todo. Las notas. Tan bellas, te guían por el camino de la música, del amor, de la belleza. Cuando algo sublime llega a ti no te sorprende ya, pero debería, como a los niños que hay en ti aún. Que quieren despertar al oír la alegre y triste música. La antítesis de la vida en cada sonata, la vida misma en el respirar de un cantante. El sonido de la música como forma de sonreír. Y ese momento en que parece que besas el viento, el mundo, lo grande, el universo entero, con la belleza del amor de la música, que se esconde tras cada segundo de acordes y silencios contrapuestos en su propio contrapunto sin normas para el corazón.

Cuando el despertar es tardío, es indiferente. Ya no queda nada más que seguir. Estamos en el presente, nunca estamos en el futuro ni en el pasado. Somos uno con el mundo ahora, no luego. Luego no seremos nosotros, seremos nuestra propia evolución. Cada segundo importa y es musical en ti y en mí por igual.

Los errores que cometimos y cometemos, la vida en sencillez con nuestra filosofía ausente, carente de nosotros. El mundo en sí y no en ti ni en mí. Las aspas de un molino de madera y agua que corren con el viento, como si se despeinaran y se enfurecieran con la emoción propia de los sentimientos efervescentes.



Llorar con lo efímero, cuando esperas que ese momento sea eterno. Necesitar alimentarte de segundos que ójala fueran eternos. Gotas de lluvia al piano que llegan al profundo mar del sueño. Noticias de otros mundos más allá de la razón y el sentimiento, narradas por la armonía y la melodía en conjunto con lo humano. La vida. La música. La sensación de no ser capaz de dejar de sentir, de dejar pasar esa oportunidad de aprovechar el sonido profundo de la Tierra, el mismísimo sonido de la vida, de uno y de su alma. De lo agudo y de lo grave. De lo melancólico. De lo alegre. De lo superfluo incluso. De lo clásicamente neutro pero profundo, de la música.


Llorar. Emocionarse. Ir más allá de nuestra propia libertad. Salir del cuerpo y volar hacia nuestras almas para vivir el cuento de hadas que hemos soñado siempre por un segundo efímero y eterno, claro.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Libertad

Libertad. Para saltar por los montes. Reír, gritar, feliz por que . Libertad. Para reír, gritar, cantar bailando. Sentir, el viento en la cara... Correr, volar, llegar a las estrellas. Sentir y disfrutar el Universo en mí. ¿Por qué no? Corred, sentid y bailad. Expresaos, liberaos, de esa burbuja. Bruja sociedad.




Ya sabéis. Gritad y bailad, está en vuestro interior. Que Rafiki os guíe como a los niños que fuisteis. Ya solo queda vivir, y al final, lo vivido.

Jamás os arrepintáis. Porque pintéis el mundo a vuestra manera.

Príxnam aclarando

Los dos estadios. La sombra del mar. El semblante oscuro tras ello.
Supongo que lo épico de una guitarra eléctrica.

Avanzaba, corriendo al viento, cómo no. Todo salía como esperaba. Solo quedaba esperar. Pero esta vez no iba a esperar sentado.

"La mayoría de las personas damos por hecho, asumimos sin más, que el sol volverá a salir de nuevo cada mañana....En gran parte, muchos incluso hemos perdido la maravillosa y necesaria actitud de asombro, absorbidos por nuestras rutinas y las preocupaciones diarias, tal vez pensando inconscientemente que dispondremos de todo el tiempo del mundo; esperando que las cosas mejoren en nuestra vida; que, cuando encontremos ese misterioso algo que sentimos que nos falta, la armonía llegará a nuestra vida; con la esperanza de que ese mañana será mejor que el hoy, sin ser conscientes de que la vida es eso que pasa mientras esperamos un futuro mejor..."

«Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo»


Futuro y pasado. Presente. Los recuerdos te conforman, pero mientras los recuerdas olvidas el presente. Olvidar el pasado, olvidar el presente. Futuro, pasado presente. Los recuerdos te forman y te conforman, mientras creas el futuro. El paso crucial es uno de tantos otros, y tantos otros son tan cruciales como uno no lo fue.
Quizás el sentimiento no se esconda detrás del saber, según dicen, pero detrás del tiempo se esconde la cortina de la vida.
Y detrás de la vida, cada uno.

Seamos nuestro futuro. Seamos el futuro. ¿Sentimiento o razón? Futuro. Decidir con...

Leed tranquilos, sin prisa, sin calma, con sentimiento, el que emana de las palabras, como esa magia que un día (uno) llegue a alcanzar, y que pronto seguirá luciendo en mí.
Como en todos.

Proyectos de futuro, sin tiempo presente.

¿Qué fue de la magia de los sueños? Se convirtieron en estrellas o estelas. Da igual, imágenes borrosas. Se mezclaron con los recuerdos.

Solo nos queda, pues la imaginación. Para soñar y reinventar recuerdos. Cargados de magia.

Sin prisa, sin calma. Con la vida puesta en los tacones que se han de quitar. Sin saber de qué hablar.

La inteligencia y la moralidad.

Epidemicidad.
-Y así pasa